domingo, 27 de abril de 2014

Comprender la Función Principal de la Mente



Comprender la Función Principal de la Mente


Cuando examinamos con detenimiento la enseñanza de las Cuatro Nobles Verdades, descubrimos la importancia primordial que tiene la consciencia, o la mente, en la determinación de nuestras
experiencias de felicidad y de sufrimiento. Desde la perspectiva budista, existen diferentes niveles de sufrimiento.

Está, por ejemplo,
el sufrimiento que es obvio para todos nosotros, es decir, las experiencias dolorosas. Todos somos capaces de reconocerlas como sufrimiento.
Un segundo nivel de sufrimiento incluye lo que se define comúnmente como sensaciones placenteras. En realidad, las sensaciones placenteras son, también, sufrimiento porque tienen en ellas la semilla de la insatisfacción.

Hay, asimismo, un tercer nivel de sufrimiento que, en la terminología budista, se llama sufrimiento penetrante del condicionamiento. En cierto sentido, se puede decir que este tercer nivel de
sufrimiento viene dado con la simple realidad de existir como seres ignorantes y propensos a las emociones, los pensamientos y las acciones karmicas negativos. El mismo hecho de estar vinculados a las emociones negativas y al karma es una fuente de sufrimiento y de insatisfacción.

Si contemplas los distintos tipos de sufrimiento, encontrarás que, en última instancia, todos ellos están enraizados en el estado de la mente. De hecho, el estado indisciplinado de la mente es una experiencia de sufrimiento. Si miramos el origen del sufrimiento en los textos budistas, encontramos que, aunque leamos sobre el karma, la acción y el engaño que propulsa o motiva la acción, estamos tratando con acciones cometidas por un agente.

Debido a que hay un motivo detrás de la acción, el karma puede comprenderse en última instancia en términos de un estado mental, un estado mental indisciplinado. Del mismo modo, cuando hablamos de los engaños que impulsan a uno a actuar de forma negativa, estamos hablando también de un estado mental indisciplinado.

Por consiguiente, cuando los budistas se refieren a la verdad del origen del sufrimiento, están refi-
riéndose a un estado mental que es indisciplinado e indómito y que da origen a un estado de ignorancia y sufrimiento.

En su sentido último, el origen del sufrimiento, la causa del sufrimiento y el sufrimiento propiamente dicho sólo pueden comprenderse en términos de un estado mental.

La cesación del sufrimiento sólo puede estar asociada a un ser sintíente, a un agente, a la
consciencia. No podemos hablar de la cesación del sufrimiento de un objeto inanimado, como un cazo o una mesa, etc.

Las enseñanzas budistas describen la cesación del sufrimiento como el estado más elevado de felicidad. Pero esta felicidad no ha de ser comprendida en términos de sensaciones placenteras; no estamos hablando de felicidad a nivel de sentimientos o de sensaciones. Nos estamos refiriendo, más bien, al nivel más elevado de felicidad, que está constituido por la libertad total del sufrimiento y del engaño. De nuevo, se trata de un estado mental, un nivel de realización espiritual.

En última instancia, para comprender nuestra experiencia de sufrimiento y dolor y el camino que conduce a la cesación, - las Cuatro Nobles Verdades - tenemos que comprender la naturaleza de la mente. 

Ocho Versos para Adiestrar la Mente
HH Dalai Lama

jueves, 17 de abril de 2014

Cuatro Noble Verdades y la mente



Cuatro Nobles Verdades y la Causación

Como probablemente sabréis todos, las enseñanzas centrales del Buda están enraizadas en las cuatro nobles verdades.

Las Cuatro Nobles Verdades son el fundamento de la enseñanza budista y son las siguientes:

la verdad del sufrimiento, su origen, la posibilidad de que cese el sufrimiento y
el camino que conduce a la cesación del sufrimiento.

Las enseñanzas sobre las Cuatro Nobles Verdades están arraigadas en nuestra experiencia humana, bajo la cual se halla la aspiración básica de buscar felicidad y de evitar el sufrimiento. La felicidad que deseamos y el sufrimiento que eludimos surgen como resultado de causas y condiciones.

Comprender este mecanismo causal del sufrimiento y la felicidad es el tema esencial de las Cuatro Nobles Verdades. La comprensión budista del mecanismo causal está basada en un análisis detallado de las diversas posibilidades de acusación.

Por ejemplo, uno puede argumentar que nuestras experiencias de sufrimiento y de felicidad ocurren sin razón, en otras palabras, que carecen de causa. Esta posibilidad ha sido rechazada en las
enseñanzas budistas.

También se podría pensar que nuestras experiencias de sufrimiento y felicidad son, en cierto sentido, creadas o causadas por algún ser trascendental. Esta posibilidad también ha sido rechazada en el budismo.

Otra opción sería que un determinado tipo de substancia primordial fuera la base del surgir de todas las cosas y eventos. Esta idea ha quedado igualmente descartada.

Es decir, que nuestras experiencias de sufrimiento y de felicidad no surgen por sí mismas, no surgen debido a una causa con existencia independiente, ni tampoco son el producto de una combinación de éstas.

Habiendo rechazado todas las posibilidades metafísicas precedentes, la enseñanza budista entiende el proceso causal en términos de un surgir interdependiente:

todas las cosas y eventos, incluyendo nuestras experiencias de sufrimiento y felicidad, ocurren como resultado de la reunión, de una multiplicidad de causas y condiciones.

Ocho Versos para Adiestrar la Mente
HH Dalai Lama